Luego de un mes de haber partido de mi querida Grand Turk, estoy de regreso.
Se preguntarán dónde fui y por qué. Bueno, después de pensar, investigar, hacer cuentas y demás, decidí ir a hacer mi curso de instructor de buceo en Utila (Islas de la Bahía, Honduras) otra isla del mismo tamaño que ésta, pero con el doble de habitantes, más variedad en comida, donde todo vale la cuarta parte que acá, y la vida social es bastante más activa. Todos hablan castellano e inglés y, obvio, nadie tiene apuro por nada.
Pero el mayor motivo por el cual fui ahí es que casi toda la vida ronda el buceo y los centros de entrenamiento son muy buenos. Además tenía millaje para ir y extrañaba un poco la vida hondureña que disfruté un par de años casi entre el 2005 y 2007.
El entrenamiento fue super intenso con clases que empezaban a las 7.30 y terminaban a las 17.30 y asignaciones de un día para otro, sin mucho tiempo para prepararlas, mil cosas para estudiar, presentaciones en piscina, mar abierto, superficie, fondo, salón de clase, en fin. No los voy a aburrir con más detalles.
Estuve medio estresada pero feliz y sí: Soy instructora de buceo de PADI y además me quedé unos 10 días más para hacer unas especialidades que me permiten dar clases de otras cosas como buceo en barcos hundidos, provisión de oxígeno de emergencia, cosas así…
Pasé los primeros días en un hotel/posada y el resto compartiendo casa con uno de mis compañeros de clase cuyo previo compañero de casa se fue a trabajar a otro lado. Mi hogar provisorio está en la fotito de arriba...
Llovió como nunca antes vi en mi vida 21 de los 25 días que estuve allí hasta que el huracán Richard nos pegó con viento y más lluvia y después salió el sol. El día anterior al huracán, la gente puso refuerzo en las ventanas y todo eso, sacó dinero del cajero (por si había corte de energía) y compró las cosas esenciales en el super: agua potable, pan, vodka, rum, cerveza. No vaya a ser que dure mucho el huracán y haya que estar sobrio… Parece que todas las islas sufren de lo mismo ..
Cuatro días después me fui a Miami donde pasé Halloween, vi amigos y la pasé super bien. Y de ahí me vine para casa.
Bueno, me vine para casa es un decir. Mi única posibilidad con pasaje de premio era volar en el último vuelo así que llegué a Providenciales (la isla más grande) a las 20 horas así que no hay vuelo a Grand Turk y pasé la noche allá en un apart donde una amiga mía se estaba quedando y el tiempo estaba tan bueno que me quedé un día más.
Esos tres días en Miami y el día en Provo, fueron como unas verdaderas vacaciones: sin tener que estudiar, ni levantarme a un horario en particular ni tener que hacer nada “para mañana”. Así que el miércoles nomás volé para casa. Fue realmente muy lindo volver acá. Y esta vez bien distinto ya que estos días hasta el 19 de noviembre (que viajo a Argentina) serán tal vez la última etapa de mi vida en la isla, al menos por ahora.
Ya les había contado lo difícil que es conseguir permisos de trabajo acá y ahora se le agrega que mi experiencia en buceo hace que tenga muchos buceos acá y pocos en otros lados así que me conviene ir a otro lado al menos por un buen tiempo.
Además se suma que mi casita en la playa (la que estoy cuidando) ya vuelve a pasar a manos de sus legítimos dueños que vuelven el 17 de este mes y honestamente … para terminar de curar las heridas del corazón mejor cambiar de ambiente… .
Todavía no decidí si pasaré por acá para Navidad y Año Nuevo como he hecho en los pasados tres años. No quiero pensar en eso ahora. No depende totalmente de mí, sino de las aerolíneas.
Así que lo más probable es que me vaya para la zona del Mar Rojo o por ahí. Ya veremos cómo viene el trabajo pero estoy tratando de vivir estos días que me quedan acá como si fuera una vacación, disfrutando lo más posible mis lugares favoritos, mi casa, la playa, el buceo.
Es difícil imaginarme viviendo en otro lado ahora pero ya me di cuenta que cuando llego a un lugar y me siento cómoda, a gusto, haciendo algo que amo, ese lugar cualquier sea su ubicación, puede ser mi hogar.
Me pasó en Tegucigalpa, en Honduras, siendo una ciudad pobre, violenta y nada sofisticada. Cuando ahora llegué al aeropuerto, en mi camino a Utila, a los 10 minutos de estar por ahí, sentía como si nunca me hubiese ido. Y eso que me fui en el 2007. Esa familiaridad, esa tibieza de un lugar que es de uno, aunque no lo sea.
Es loco sentir como habitual ahora esto de tener como home page www.stormpulse.com para ver cada día cuán lejos o no está el siguiente huracán y ver si nos va a patear o no, y empezar a preparar las bolsas de arena para poner en la puerta o armar mi mochila de emergencia por si me tengo que ir a dormir a la casa de alguien en el otro lado de la isla (según de qué lado venga el huracán).
Hoy por ejemplo parece que el huracán Tomas nos la va a dar o esta noche o mañana a la mañana (las opiniones o los reportes de los distintos sitios especializados están divididas) pero seguro que vientos, lluvia y grandes olas nos esperan igual.
Yo, por las dudas, ya fui a bucear a la mañana porque no sé cuántos días estaremos sin salir a bucear. Todos los botes fueron llevados a los creeks del norte o del sur para su protección. Creo que éramos en total cuatro buceadores en toda la isla hoy temprano pero valió la pena. Bajo el agua estaba buenísimo. Fuera del agua estaba nublado y ventoso y ya había movimiento de olitas.
También preparé mi mochi con lo esencial: pasaporte, equipo de buceo, cepillo de dientes, laptop, celu, iPod, cámaras de fotos, biquini, un libro, dos juegos de ropa, medicación, cepillo del cabello. Sí, claramente lo esencial depende de la personalidad de cada uno…
Bueno, les paso un mapita de por dónde anda Tomas y seguimos en un par de días donde les mando una actualización de la vida por acá. Besos a todos desde los vientos pre-Tomas que ya se están sintiendo.