viernes, 11 de septiembre de 2009

Al maestro con cariño


Hoy es 11 de septiembre, Día del Maestro. Buen día para hablar del sistema de educación en Turks and Caicos, en particular lo que sé (que no es mucho) sobre el caso particular de esta isla, Grand Turk.

La enseñanza acá es obligatoria y gratis para chicos de 5 a 16 años. Hay escuela primaria que dura 6 años y secundaria que dura otros 5.
El gobierno local (había un primer ministro elegido por votación que ahora está suspendido por un caso de corrupción mayor y un gobernador puesto por UK) le da pelota parcial a la educación. Digamos que al menos este último gobierno que era el que estaba durante el huracán Ike el año pasado. Como el nivel de corrupción era bien alto, por supuesto eso se ve en la distribución estúpida de fondos también y, por ejemplo, la Court House (que en las fotos de FB comenté que fue incendiada varias veces presumiblemente para quemar evidencias...) llevó un presupuesto millonario para su reconstrucción aún en proceso y los chicos del colegio son el calor de cagarse, tenían que bancarse el calor en unas carpas que Unicef. Daba ganas de llorar o de ponerles unas mangueras para refrescarlos, cosa tampoco posible por la falta de agua, como ustedes ya saben. Ahora están en unos edificios pero en condiciones medio precarias. Encima como acá tienen algunas cosas más desubicadas que chupete en el culo, la temperatura promedio es unos 37 grados a la sombra y los uniformes son como para esta época en Londres más o menos...

Hasta donde yo sé hay al menos dos colegios primarios y un secundario. También hay una especie de sede de universidad Turks and Caicos Islands Community College donde hay varias carreras (Negocios, Computación, Tecnología de Ingeniería Electrónica,Tecnología de Computación e Ingeniería Electrónica, Tecnología para construcción y diseño, Estudios hospitalarios, Estudios generales con especialización en Química, Física, Biología, Matemática, Sociología, Economía, Leyes, Gobierno y Política), pero sospecho que los requisitos para ingresar son bastante altos y es sólo para isleños pues nunca se ve a nadie por ahí y que cerca del faro, en la zona más al norte de la isla. Una lástima porque parece interesante la variedad. Tendría que darme una vuelta para ver qué onda, pues acá la mayoría de la gente se va de la isla en general cuando sus hijos tienen que empezar el secundario...

En lo personal, por mi Día del Maestro, tengo mis recuerdos y saludos personales y merecen ser públicos porque son muy importantes ya que influyeron en quién soy y qué hago (o no hago...) más que nada teniendo en cuenta que siempre lo que más me gustó hacer fue dar clase.

Mis saludos son para mis muchos y excelentes maestros a lo largo de la vida pero especialmente para algunos de ellos. Primero, la vieja porque como decía Papo, nadie se atreva a tocar a mi vieja. Ella se recibió de maestra a los 18 años y ahí nomás empezó a trabajar teniendo unos 90 alumnos en su grado y sigue trabajando a los 79 años, habiendo pasado por ser también en los colegios, secretaria, vice, directora, etc. y ahora siendo bibliotecaria del Kinder Garden de Victoria, dando (por iniciativa propia) unos talleres especiales leyendo cuentos de Cortázar y otros autores argentinos, analizándolos con los chicos y enseñándoles a amar la lectura, algo que no muchos maestros lamentablemente hacen hoy en día...

También para algunos maestros que siguen con nosotros y otros no o no sé porque perdí contacto con ellos hace tiempo: el señor Aragó y mis profes inglés y francés en la secundaria Esteban Echeverría de Hurlingham (ahora apodada "el rancho" según me entré en Facebook je je) que me hicieron darme cuenta lo hermoso de hablar otros idiomas y más que nada lo afortunados que somos de haber nacido en un país donde se habla algo tan rico como el castellano.
A Mabel, maestra en el primario, que nos hacía cagar de risa en las clases de lengua y con quien aprendí cómo con el humor se puede llegar a abrir un canal de aprendizaje diferente. A Adrián Paenza, matemático y comentarista de fútbol, con su claridad, sencillez y cara de "yo no fui" me aclaró conceptos que para mí eran indescifrables en la Universidad y a Juan, quien más allá de ser mi amigo/casi hermano gemelo, me explicó casi todo el resto de los conceptos de matemática sin hacerme sentir una tarada je je... y me enseñó a reirme de mí misma.

A Anabela y Cristian, mis primeros maestros de tango, pues me hicieron descubrir la danza en mí y entrar en un mundo diferente y hermoso. A Smitty,mi dive master, porque a pesar de no haber sido mi primer instructor, fue el primero con quien realmente aprendí a bucear y me transmitió seguridad y tranquilidad con cada conocimiento.

Y a todas aquellas personas que han estado o están en mi vida, por corto o largo plazo, pero han dejado como una huella digital permanente. Desde mi Nina, que estuvo en mi panza unos meses y se fue así en un suspiro, hasta mi hermana que estuvo en mi vida hasta mis 45 años. A mis amigos que me enseñan cada día la incondicionalidad del amor y que se puede hablar por Skype riendo o llorando al mismo tiempo.
Desde el jefe más psicópata hasta la compañera de trabajo que llegó a ser como mi hermana. Desde el ex-novio más amado hasta el más pesadilla de catálogo freudiano. Desde el taxista re mala onda que me ladró desde que subí al taxi porque no sé qué carajo le pasó hasta esa señora que no sé por qué me dio una vez el asiento a las seis y media de la tarde en la línea D del subte con todo el mundo apretado y yo con una migraña de morir.

Todos, todos me enseñaron algo. Lo que tengo, lo que puedo hacer, lo que necesito, lo que debo mejorar, lo que venía dando por sentado y no debía, lo que tengo que agradecer cada día, lo que aún tengo que aprender.
Si sabemos mirar, parar un momento, tomar aire y revisar cada cosa que nos pasa, podemos ver que cada persona que nos cruzamos es un maestro. Sí, hay cada pelotudo que te cruzás que es difícil pensarlo como un maestro. Ya sé. Sin embargo, hasta ése te enseña algo. Aunque sea a tener paciencia o a reirte o a tomarte las cosas con más calma.
Después de todo, se supone que vinimos a este mundo a aprender y en eso estamos.

Ya sé. Ya sé. Más de uno pensará: Claro, esta boluda se pone en Dalai Lama ahora porque está en una isla del Caribe, juntando caracoles todo el día o mirando pececitos de colores je je. Pues no. Bueno, a veces hago eso pero también tengo que lidiar con inútiles, vagos, mala onda, corruptos, gente que no aprecia nada de lo que tiene. Pero no importa donde uno esté, siempre va a haber cerca alguien que te aporte conocimiento, sobre todo sobre uno mismo. De hecho, ¿no dicen por ahí que uno siempre aprende de sus propios errores? Bueno, yo creo que también aprendemos de nuestros propios aciertos. Y en ambos casos, tenemos que celebrarlo.

Feliz Día del Maestro, mis queridos. Y ahora los dejo, porque me tengo que ir a juntar unos caracolitos antes de ir a bucear je je

3 comentarios:

  1. Gracias por los agradecimientos! Y por partida doble! (una cuando me mencionás explicitamente, y la otra cuando decís "hay cada pelotudo..." :) Besos, Juan

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  2. Hooola Este... no conocia tus cualidades de escritora y sos Genial!!! Te mando miles de abrazos y espero que estes Super bien. Cuidate mucho!! besos, Su

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