miércoles, 9 de septiembre de 2009

¿Qué me pongo mañana?






Hubo una época, no mucho tiempo atrás, en que cada noche de domingo a jueves me hacía esta pregunta. Ya había abandonado la fantasía de poder decidir sobre qué ropa ponerme al despertarme, ya que con tal de dormir unos minutos más antes de ir al gimnasio o a trabajar, era
siempre una decisión de último momento (pantalón negro y camisa/remera negra y/o blanca) o llegaba tarde a todos lados si me tomaba el tiempo que necesitaba para decidir. Encima con lo poco predecible y lo muy cambiante del clima en Buenos Aires, inclusive durante un mismo día, había muchas opciones. Adicionalmente, había días que iba a las clases de tango y tenía que considerar si tendría o no tiempo de pasar por casa a cambiarme lo cual agregaba complejidad al problema. Sí, ya sé. Los hombres no entienden mucho de estas cosas, total un pantalón o traje y una camisa da igual. Pero la ventaja y desventaja de ser mujer en cuanto a la ropa es la variedad.
Ok. Eso era en el pasado reciente cuando era gerente de proyecto y tenía que ir razonablemente bien vestida como una ejecutiva o algo así, con tacos altos, elegancia propia de la ciudad en días de trabajo, me hacía brushing 3 veces por semana y manicuría al menos 2 veces por mes. Otros tiempos aquellos :)
Pero ahora... esa pregunta no existe. O si existe, la respuesta es siempre la misma: biquini. No importa lo que tenga pensado hacer, la ropa base es la biquini y, en todo caso, veo que me pongo encima de la biquini que siempre es alguna remera con mi recontra vieja mini de jean o algún pantalón para correr o un capri (pescador lo llamábamos antes...) o simplemente la misma "canga" como dicen en Brasil que uso para tirarme sobre la arena en la playa. Calzado: Havaianas o algunas zapatillas o nada. Re fácil.
Sin muchas vueltas. La otra variante es que me pongo directamente el traje de buceo que en verano (o sea ahora) es simplemente algo que se llama "skin" y es como un traje entero de polyester y spandex re finito. Podría bucear con biquini porque el agua acá es re calentita pero si toco con el cuerpo algún coral o algo así me puedo lastimar (más allá de matar al coral, pobre). En invierno uso un "wetsuit" que tiene 2 milímetros de espesor. Acá en general usan unos de 7 mm porque son re friolentos (imagínense, el agua en invierno o sea en diciembre tiene unos 21 grados y les parece fría....).
En el único caso en que pienso un poquito más es si voy a ir a cenar afuera o algo así pero no mucho más. Elijo entre los 3 o 4 vestiditos que traje o las remeritas que tengo separadas y no uso diariamente y/o alguno de los pantalones que son "para salir". Tuve que hacer algunos arreglos en mi ropa porque no tenía pantalones tipo capri así que agarré unos Kill divinos que tenía y los corté por la rodilla y les hice un borde tejido al crochet (je je... sí, no se desmayen, me puse a tejer para que no quedara tan groso que eran cortados así nomás...). A los pantalones de correr, los corté así nomás y punto.
Pero acá todo el mundo uso el mismo criterio. Todo se recicla y nadie se preocupa mucho por el código de vestimenta.Hace mucho calor, no hay muchos lugares donde comprar ropa y lo que hay es de un gusto dudoso, así que todo sirve.
Cualquier color está bueno, cualquier estilo, cualquier largo de falda o pantalón, todo tipo de accesorios o calzado. Lo que es más destacable en todo caso es la dedicación en la vestimenta que los isleños ponen para vestirse los domingos para ir a la iglesia (todo tipo de iglesias de lo cual hablaré en otra oportunidad).
Con sus mejores pilchas, super bien peinados, los hombres con traje, las señoras con sus vestidos de colores y con sombreros y los chiquitos todos impecables.
Algo así había visto en Roatán (Honduras) también. Una dedicación especial para las ceremonias religiosas.
Pero en las demás personas y ocasiones, nadie se molesta mucho ni se preocupa si uno repite 10 veces la misma ropa o tiene el cabello espantoso.
En mi estadía anterior me pasé 4 meses sin ir a la peluquería y, por lo tanto, sin hacerme rushing. Una vez me hice la planchita en el pelo pero todo el mundo se había acostumbrado a verme con los rulos desprolijos y salvajes y me miraban raro. Ahora trato al menos de que no se me formen nudos en el pelo y ya estoy contenta. Felix tampoco confía mucho en las peluquerías locales. Venía amenazando que quería ir a una a cortarse el cabello pues le había crecido mucho y no tuvo tiempo en Londres,ni en Miami y quería esperar a ir a Argentina pero la semana pasada se hartó y me preguntó si me animaba a cortárselo. Le dije que sí. Fueron dos sesiones.En la primera parece que le corté muy poco porque ni la hermana se dio cuenta que le había cortado el pelo, así que en la segunda sesión le saqué unos 3 o 4 centímetros y se quedó conforme y ya me dijo: Ya ahora sabés que por el resto de mi vida serás quien me corte el pelo... Bueno, veremos.
Así que en mi viaje a Argentina me traeré otra tanda de mi ropa de verano que será como renovar mi guardarropa. Por ahora, como ya les dije, la ropa no es un problema salvo el posible aburrimiento pero está buenísimo que sea algo solamente utilitario en lugar de ser una cosa a la que tenga que dedicarle tiempo, salvo el de lavarla pues ni es necesario plancharla. Además con la ventaja de que todo se seca en menos de dos horas por el sol constante y traje 3 o 4 biquinis, está todo bien.
El único temita: voy a tener que empezar a practicar usar mis zapatos de tango un poquito cada día porque sino, cuando esté por Buenos Aires, no voy a poder ni aparecer por una clase de tango salvo que baile descalza :(
Van algunas fotitos representativas de la poca variedad de mi vestuario pero de su comodidad indiscutible. Besos.

1 comentario:

  1. Que bueno Estela!!! Me encanta tu blog y que clara que sos en todos tus comentarios y detalles. Me alegro que estes muy bien y te espero para ir a alguna milonga aca y ver si me termino de decidir por ir a visitarte mas adelante.

    Te mando un beso grande!!
    Lili

    ResponderEliminar