jueves, 29 de abril de 2010

Cuando 3 palabras alcanzan...


Cuando me mudé a la isla fue con la idea de pasar unos meses y hacer un trabajo diferente (bartender /moza) con un nivel de responsabilidad mucho más bajo que el que habituaba tener en la compañía donde trabajaba como gerente de proyectos, con un horario re cómodo (de 12 a 18) pero por sobre todo, que me permitiera bucear algunos días por la mañana. El sueldo era bajo pero me permitía pagarme comida y buceo y viviría en la casa de Tonya, una de las dueñas del bar, quien se había ido a Canadá a tener a la bellísima beba Lola. Negocio redondo.

En ese momento no imaginaba que el buceo, si bien ya era una parte muy fuerte en mi vida, sería lo que la modificaría de manera tan fuerte.
Cuando mi permiso de trabajo terminó, me fui de viaje a Turquía con mi amiga Monica y de allí a Londres, a la fiesta de cumpleaños de Luke, el hermano de Felix. De ahi a Buenos Aires a pasar unos días y ver si podía extender mi licencia de trabajo. No, no era posible. Tenían pensado para mí un proyecto en República Dominicana.
Imaginarme nuevamente con tacos altos, maquillándome todos los días, combinando la ropa y sobre todo estando mínimo 8 horas en una oficina gerenciando un proyecto era ya imposible. La sola idea de estar en un espacio cerrado por muchas horas era surreal casi. Sin ver el cielo, sin ver el mar...no. Y pensar en estar sin bucear por varios meses??? Ni hablar. Y entonces, así, en un toque renuncié a la empresa en la que había estado casi 10 años para volver a venir acá a empezar mi carrera en buceo.
Hasta ahora no escribí en el blog mucho sobre la vida submarina en Grand Turk. Ya lo haré en detalle pues merece varias publicaciones, pero hoy quiero hablar sobre lo que el buceo fue y es para mí.

Es mucho más que ver la maravillosa vida submarina. Es más aún que la indescriptible sensación de estar en ese único momento donde no existe el pasado ni el futuro y que es como volar sin la posibilidad de caerse...
Para mí, fue descubrir lo que es amar algo tan profunda y apasionadamente que todo lo que relacionado con ello es interesante. Volví a Grand Turk e hice mi curso de rescate, que cambió mi forma de bucear radicalmente. Me hizo una buceadora más responsable hacia mí y hacia los otros. Luego hice resucitación y primeros auxilios y después Master Scuba Diver que son unas especialidades dentro del buceo (búsqueda de objetos y su recuperación, buceo libre, navegación), algunas obligatorias y otras optativas.
Y en diciembre arranqué haciendo el Dive Master que es el primer escalón en el buceo profesional. Es lo que permite que uno salga a bucear con un grupo de buceadores, guiándolos y haciendo su buceo más seguro e interesante. Uno los ayuda a prepararse para el buceo, los guía, les da soporte antes, durante y después del buceo si es necesario. Los lidera y cuida, digamos. Está bueno, más allá que hay distintos niveles de stress asociados pues siempre están los buceadores bárbaros que son un placer y te permiten disfrutar a la par de ellos, pero siempre también hay algún pelotudo que se cree Jacques Cousteau sin submarino y se manda reprofundo y hay que ir a buscarlo allá abajo para que no se gaste todo el tanque en dos minutos o tienen después algún problema de decompresión...Pero es tan fantástico estar allá abajo y ayudarlos a disfrutar ese mundo que vale la pena.

Es un proceso de aprendizaje y práctica que se puede hacer de varias maneras y en tiempos diferentes: un par de semanas o varios meses, dependiendo si uno quiere solamente tener la credencial que lo habilite o realmente entrenarse.
Yo, viviendo acá, aproveché al máximo y estudié todo todo todo para dar los 8 exámenes teóricos y disfruté cada una de las cosas que estudié: fisiología, física, actividades de buceo, teoría de decompresión, asistir a los instructores, equipamiento, etc.. Inclusive investigando los temas más allá de lo que se requería (algo inédito en mi vida de estudiante...).
Practiqué yendo en todos los buceos posibles, guiando grupos, ayudando en todo lo que se requería, tratando de prevenir posibles accidentes, ayudando a los instructores en algunos cursos, en fin, todo lo que pintaba. Aproveché lo más posible y fue también exigido y divertido al mismo tiempo. Dí mis tests en el agua en estas pasadas semanas y hoy finalicé.
Y encontré esto que mencionaba antes: que no importa la edad que uno tenga, cuando uno descubre cuál es la pasión en su vida, nunca es tarde para entregarse a ella y disfrutarla a full. No siempre la vida es tan generosa y no siempre estamos tan despiertos a ver qué es lo que realmente amamos.
Yo lo vi en la mitad de mi vida y fue imposible ignorar el llamado, por decirlo de alguna manera, aunque suene místico... Ahí nomás pateé el tablero y cambié el trajecito por el wetsuit y los tacos por las patas de rana. Y me di cuenta que si bien disfruté muchas cosas a nivel laboral, no hubo en todos los años que trabajé "indoors" (que fueron 34) ninguna vez que sintiera la plena felicidad que sentí ayer después del mediodía, cuando después de los buceos matutinos viendo hermosos delfines y terminar los tests, pude decir estas tres simples palabras: Soy Dive Master :)

martes, 27 de abril de 2010

Esta noche es la noche...

Bueno, sí. Cansada pero con todas mis cosas (bueno, la laptop no porque la estoy usando en mi antiguo hogar...) en mi nuego hogar. Esta noche, dormiré en mi hermoso hogar al lado del mar.
Terminé de empacar como a las 5 de la mañana porque interrumpí varias veces para chatear con un par de amigos que viven en lugares con zonas horarias muy diferentes. Pero valió la pena. Necesitaba algo de soporte on line amistoso y lo obtuve.

Bueno, estta mañana fui a buscar las llaves y de ahí a dar mis exámenes finales del Dive Master. Estaba realmente cansada y hacía mucho calor pero pude dar 3 de los 4 exámenes de natación y el ejercicio de rescate. Por lo tanto tengo que nadar las 400 yardas estilo libre mañana. Es la última cosa que me queda para ser Dive Master. Espero poder lograrlo. Parece tan difícil en este momento. Me siento cansada, con sueño y honestamente nunca traté de nadar 400 yards (que son como 400 metros) sin parar, en el mar. Pero es el último esfuercito y mi amiga Elena me dio una idea así como para motivarme mientras nado si es que me siento cansada. Yo lo voy a probar y si me funciona, mañana les cuento...

Volviendo al tema de mi casa, me sentí tan bien ahí. Cuando los dueños se fueron esta mañana, me tomé mi tiempo para sentarme con Paws (mi perrito) y mirar un poco alrededor. Este es Paws ...


Me sentí tan agradecida. Es como un regalo todo esto. Algo como la promesa de días felices (sí, suena re a propaganda pedorra de iglesia barata, lo sé, lo sé...) Pero es un lugar brillante (no se pongan de rodillas a rezar, se los ruego por favor!!!) Quiero decir que hay lugares que se ven como oscuros o deprimentes o tienen mucha historia personal alrededor ... Este no, es justo lo que yo quería y necesitaba.
Así que desempaqué y puse las cosas donde sentí que iban mejor y disfruté mi primer atardecer en el muelle (sí, tengo muelle propio...) Fue un momento perfecto. Y supe otra vez, exactamente igual que hace un año cuando me mudé a la isla, que no hay otro lugar donde quiera estar en este momento. Y no hay nada más que necesite para ser feliz que esta certeza de que siempre voy a seguir mis sueños.
Los veo mañana, che.
Acá les dejo la foto de mi primer atardecer en casa.

lunes, 26 de abril de 2010

Más de 13 meses de vivir acá ...

Bueno, mis queridos, luego de unos meses de silencio, acá estamos de regreso. Y dado que decidí también empezar un blog en inglés, no podía menos que, el mismo día, retomar mi querido blog en porteño para actualizarlos un poco. Si bien les debo las cosas que pasaron desde nuestro regreso de Argentina allá por fines de noviembre (pues pasaron, y muchas...) eso quedará para siguientes entregas...

Las cosas están cambiando un montón en estos días y quisiera ahora arrancar escribiendo al menos un poquito cada día ya que escribir siempre me ayudó a pensar mejor y sobre todo, descubrir algunas cosas.

Por ahora, quiero empezar por contar que hoy estoy a full empacando todas mis cosas pues me mudo del apartamento donde estuve viviendo desde más o menos julio del año pasado con Felix, mi novio y amor de mi vida, quien recientemente se volvió a vivir a Inglaterra. Así que este proceso de preparar cosas para la mudanza está siendo difícil y lento, dado que estoy tratando de hacer una especie de "limpieza y eliminación" y tratando de no quedarme enganchada en la nostalgia (ahora mejor que nunca sería usar la palabra saudades que ya sabemos no tiene una exacta traducción a ningún idioma pero es la que cabe mejor...)

Desde mañana a la nochecita estaré cuidando una casa divina sobre la playa. En realidad es parte de la casa, pues la sala más grande quedará cerrada como depósito.
Así que tendré un pequeño y perfecto dormitorio con una cama preciosa, tamaño Queen con esos mosquiteros que cuelgan del techo, una cocina gigante con todo lo necesario para que me den de nuevo ganas de empezar a cocinar todos los días, :), un baño afuera y además... una terraza espectacular sobre la playa con hamaca paraguaya, sillitas, mesitas, todo. Acá va una foto de la terraza, tomada hace unas semanas justo antes de una boda que se hizo ahí.


Y ésta es una vista desde la playa...




Yo adoro esta casa. Desde la primera vez que vine a Grand Turk pensé: "Cómo me gustaría vivir acá algún día.." Bueno, se me hizo.
Para hacer todo aún más perfecto voy a tener un perro llamado Paws (Patitas sería). Uno de los llamados Potcakes de la isla. Lindo, dulce y salvaje al mismo tiempo como todos ellos. Como se preguntarán que es un Potcake, les salvo la búsqueda en Google y les paso la definición de Wikipedia directamente: Son perros propios de Bahamas y Turks and Caicos de raza mezcla (lo que nosotros llamamos raza perro). El nombre potcake viene de la comida cocinada y probablemente quemada que quedaba en el fondo de las ollas (cooking pots) y era lo que se utilizaba como comida para los perros.

También estoy a punto de recibirme de dive master, con suerte en los próximos días. Estoy esperando dar mis últimos dos exámenes: un ejercicios de rescate y los test de natación. Estos últimos no me hacen muy feliz y que no soy una nadadora muy rápida y, honestamente, nunca probé si podía nadar 400 metros sin parar pero Mitch (el dueño del dive shop Blue Waters Divers donde estoy haciendo el entrenamiento y el capo de los instructores) dice que está seguro que voy a pasar. Me gustaría tener la seguridad que él tiene. Pero bueno, bucear es lo que más amo hacer así que esto es el último paso para convertirme en profesional en buceo.
Tengo que seguir empacando y hacer algunos llamados para un trabajito on line. (sí, a veces trabajo... necesito dinero para vivir. La vida en el paraíso no es gratis...)
Los veo más tarde o mañana.


Alineación al centro