La famosa pregunta que en toda casa hemos escuchado o dicho más de una vez, también acá en mi hogar isleño se escucha a menudo. Ya sea que la diga yo o la diga Felix quien, obviamente y por ahora, la dice en su versión británica. La comida acá es todo un tema y eso que nosotros somos de bajo nivel de exigencia en cuanto a qué comer. Por mi lado, más allá de ser vegetariana, si algo me gusta lo suficiente me lo puedo comer dos meses seguidos que no me aburre (ya imagino las risitas por la posible doble interpretación de mi afirmación... je je). Pero es cierto. Vale como ejemplo que durante febrero y parte de marzo, desayuné todos los días cereales con leche de soja y azúcar negra (lo cual no parece muy raro porque el desayuno en general no se varía mucho) pero además cené lo mismo durante al menos 3 semanas sólo por no ponerme a pensar qué comer...
En cuanto a Felix, se mimetiza en sus hábitos alimenticios con las personas cercanas y dado que vivimos juntos, empezó a tomar leche de soja y comer cereales un par de veces por día también. Claramente comemos otras cosas también para el desayuno, como tostadas con manteca y Marmite (una pastita inglesa medio saladita que está rebuena... bah, o te encanta o te repugna. De hecho el slogan es "la amás o la odiás"... Ver www.marmite.co.uk para más información...) y en el almuerzo depende de dónde uno esté, la cosa es más tipo algo para picar porque en el medio del día hace calor y comemos más temprano a la mañana y en la cena, que es como a las 19 o 20 horas.
Pero es la cena el tema más jorobado.
En casa no es tanto problema porque nos arreglamos con cosas simples por las razones que dije antes, sumadas las limitaciones del shopping a las que me referí el otro día y al hecho de que en esta casa al menos tenemos solamente microondas. A mí eso no me altera mucho. Mis amigos/convivientes de Honduras recordarán que cuando nos mudamos allá, solicité expresamente no tener cocina y sólo microwave pues no tenía ninguna intención de cocinar y en mi casa de Buenos Aires, sólo hay microondas porque aún no tuve tiempo de hacer la reforma que siempre quise... Pero Felix le pide prestada a Hazel (su hermana) un anafe electrónico re moderno y cocina unas excelentes omelettes, tortillitas de papa, pastas con diferentes salsas y yo hago algunas papas horneadas en el microondas, un par de ensaladas, las tostadas para acompañar y mezclo la ensalada de frutas con la leche condensada cuando queremos algún postre así tipo exótico je je y tratamos de no pensar en las calorías.
En cuanto a Felix, se mimetiza en sus hábitos alimenticios con las personas cercanas y dado que vivimos juntos, empezó a tomar leche de soja y comer cereales un par de veces por día también. Claramente comemos otras cosas también para el desayuno, como tostadas con manteca y Marmite (una pastita inglesa medio saladita que está rebuena... bah, o te encanta o te repugna. De hecho el slogan es "la amás o la odiás"... Ver www.marmite.co.uk para más información...) y en el almuerzo depende de dónde uno esté, la cosa es más tipo algo para picar porque en el medio del día hace calor y comemos más temprano a la mañana y en la cena, que es como a las 19 o 20 horas.
Pero es la cena el tema más jorobado.
En casa no es tanto problema porque nos arreglamos con cosas simples por las razones que dije antes, sumadas las limitaciones del shopping a las que me referí el otro día y al hecho de que en esta casa al menos tenemos solamente microondas. A mí eso no me altera mucho. Mis amigos/convivientes de Honduras recordarán que cuando nos mudamos allá, solicité expresamente no tener cocina y sólo microwave pues no tenía ninguna intención de cocinar y en mi casa de Buenos Aires, sólo hay microondas porque aún no tuve tiempo de hacer la reforma que siempre quise... Pero Felix le pide prestada a Hazel (su hermana) un anafe electrónico re moderno y cocina unas excelentes omelettes, tortillitas de papa, pastas con diferentes salsas y yo hago algunas papas horneadas en el microondas, un par de ensaladas, las tostadas para acompañar y mezclo la ensalada de frutas con la leche condensada cuando queremos algún postre así tipo exótico je je y tratamos de no pensar en las calorías.
La cuestión es cuando uno quiere ir a comer afuera. Yo recuerdo que cuando venía acá de vacaciones mis opciones eran limitadas un poco debido a mi vegetarianismo y mi falta de auto. Por ejemplo el restaurante del hotel Bohio me quedaba como a 40 minutos caminando y llegaba
hecha un desastre o la cena me salía muy cara pagando el taxi de ida y de vuelta. Ni aún yendo en grupo porque los taxis cobran por persona dado que acá no hay bus. Pero ahora me doy cuenta que no era ésa la razón precisamente. Luego del huracán Ike en septiembre, algunos lugares cerraron y aún no reabrieron porque no terminaron de arreglar todo y otros probablemente no abran más. Pero también está la cultura gastronómica (o la falta de).
Entre la gente local la comida principal es el pollo frito y la bebida la cerveza. No conozco sobre las costumbres de la gente de Haiti y Dominicana que viven acá pero tengo la impresión que comen más pescado. Hay una serie de restaurantes y bares pequeños en distintos lados que sirven casi todos las mismas cosas pero que aún no he investigado porque cuando paso por la puerta tengo la duda si son almacenes o restaurantes o bares o no sé qué (recuerden que no hay carteles en general...).
Creo que la razón principal del reducido número de opciones visibles de lugares para comer es que para la mayoría de la gente en la isla comer afuera es secundario. Lo fundamental es beber afuera. Hay bebidas para gustos variados. Las dos favoritas son la cerveza y el ron.
De la primera, se toma Corona, Presidente (hecha en Dominicana), Heineken, Coors, Budweiser, Turks Head (local), Red Stripe y Guiness, pero las más tomadas son Corona y Presidente. En cuanto al ron, hay de Dominicana, Jamaica, Barbados y hasta local. Con toque de coco, banana, piña, melón, especias, lo que sea. Entre los preferidos están el Brugal, Barceló y Mount Gay. Y se toman generalmente combinados con Coca o Coca Light o los famosos Rum Punch que llevan Coconut Rum, jugo de naranja, jugo de piña, granadina y una capita de rum Myers que es fuertecito y oscurito y pega. Sobre todo a los que van al bar al atardecer y se clavan 4 porque engañan un poquito y parecen livianos. Pero no...
hecha un desastre o la cena me salía muy cara pagando el taxi de ida y de vuelta. Ni aún yendo en grupo porque los taxis cobran por persona dado que acá no hay bus. Pero ahora me doy cuenta que no era ésa la razón precisamente. Luego del huracán Ike en septiembre, algunos lugares cerraron y aún no reabrieron porque no terminaron de arreglar todo y otros probablemente no abran más. Pero también está la cultura gastronómica (o la falta de).
Entre la gente local la comida principal es el pollo frito y la bebida la cerveza. No conozco sobre las costumbres de la gente de Haiti y Dominicana que viven acá pero tengo la impresión que comen más pescado. Hay una serie de restaurantes y bares pequeños en distintos lados que sirven casi todos las mismas cosas pero que aún no he investigado porque cuando paso por la puerta tengo la duda si son almacenes o restaurantes o bares o no sé qué (recuerden que no hay carteles en general...).
Creo que la razón principal del reducido número de opciones visibles de lugares para comer es que para la mayoría de la gente en la isla comer afuera es secundario. Lo fundamental es beber afuera. Hay bebidas para gustos variados. Las dos favoritas son la cerveza y el ron.
De la primera, se toma Corona, Presidente (hecha en Dominicana), Heineken, Coors, Budweiser, Turks Head (local), Red Stripe y Guiness, pero las más tomadas son Corona y Presidente. En cuanto al ron, hay de Dominicana, Jamaica, Barbados y hasta local. Con toque de coco, banana, piña, melón, especias, lo que sea. Entre los preferidos están el Brugal, Barceló y Mount Gay. Y se toman generalmente combinados con Coca o Coca Light o los famosos Rum Punch que llevan Coconut Rum, jugo de naranja, jugo de piña, granadina y una capita de rum Myers que es fuertecito y oscurito y pega. Sobre todo a los que van al bar al atardecer y se clavan 4 porque engañan un poquito y parecen livianos. Pero no...
También hay quienes toman whisky, gin o vodka (este último combinado con jugo de arándano, naranja o lo que venga) o algún tequila. Yo he probado algunas de estas cosas pero, tal como dice mi amigo Charlie soy "el alma de las fiestas" así que en los tres meses y medio de trabajar de bartender tomé un total de 8 tragos y no todos juntos, así que estuve siempre sobria para comprobar que beber es más requerido que comer por acá y por eso tal vez pareciera ser más conflictiva la falta de Corona que la falta de pescado.
No hay apreciación realmente por el vino aunque hay gente que se toma unas copas de blanco o tinto, pero en general no saben distinguir calidades ni sabores. Basta decir que ponen el vino tinto en la heladera y al blanco le ponen cubitos... un desastre. Está bien que acá hace calor pero tampoco la boludez...
En cuanto a los restaurantes donde habitualmente van, digamos, "los blancos" y yo (recuerden que aún no se sabe qué soy...) no son demasiados y la gente no tiene la costumbre propia de nuestro país y de países latinos de Europa, tipo Francia, Italia, que es ir a cenar y disfrutar un buen vino. Tienen el hábito llamado de "Europa del Norte" pero que aplica también a USA y Canadá, que es ir a beber, muchas veces sin haber comido nada. (Esto garantiza probablemente ponerse en pedo más rápido y más barato...). No hay cafés tampoco por lo cual el lugar de encuentro y charla es el bar. Y no te dan papitas, pretzels o palitos salados para sobrellevar el chupi. Nada. Si querés te podés pedir unas papas fritas o "chicken wings" o "fish bites" (pedacitos de pollo o pescado pasados por huevo batido y fritos) dentro del horario de la cena que es de 18 a 21. Todo medio a lo yanqui.
Igual hay lugares donde vale la pena detenerse para una comidita. Un ejemplo claro es el restaurante chino, donde hay un menú super refinado (no es tenedor libre ni nada parecido) con unos precios subiditos pero la comida es la mejor de la isla. Hay que hacer reserva y está cerrado domingos y lunes pero vale la pena darse el gusto una vez cada tanto. Tienen WiFi y Joan me prepara un plato fuera de menú con todo lo vegetariano que encuentra a mano. Una delicia.
El otro placer es la pizza de Mookie Pookie Pizza Palace. En el otro extremo, a nivel refinamiento. Es una pizzería local que hace delivery cuando consigue taxi para enviar los pedidos. Si no, uno puede ir a buscarla o comerla en el local pero si elige esta última opción, igual la come en la caja de cartón (ni plato ni cubiertos) y te dan un rollo de papel de esos que usás en la cocina, para limpiarte las manos. Pero la pizza es de primera. Nada que envidiarle a la de "El cuartito". Cada dos semanas, hacemos una llamadito a Mookie Pookie y nos pedimos una medium de muzzarella con hongos, aceitunas negras y tomate y tras esperar al menos media hora, recibimos el llamado del taxista al cual hay que darle (siempre!) las indicaciones de cómo llegar a casa y cuando está en la puerta nos llama al celu para bajar a buscar la pizza. Lo más insólito, sale más barata con el delivery (incluído el taxi y la propina) que ir a buscarla, aún no sabemos por qué.
Y la tercera que a veces hacemos es algún mediodía ir a comer algo a SandBar porque Mariam cocina extraordinariamente bien y me malcría haciéndome unas quesadillas con queso y vegetales tremendas. De las opciones de mediodía, es la mejor. En SandBar hay varios platos con el pescado típico que es el grouper al grill o frito, también hamburguesa casera, ensaladas con palta y camarón o pollo, quesadillas varias y todos los días algún "special". Y una vista al mar que todo sea mejor... pero ni postre ni café. Eso en casi ningún lado.
Los otros lugares para cena y a veces almuerzo son el hotel Osprey's (la comida es mediocre y cara), hotel Bohio (queda lejos, como les dije antes, y me dijeron que las porciones son muy chiquitas aunque sé que la chef Jorika es buena), hotel White Sands (en la loma del culo también ...) y dos lugares en el Cruise Center. De estos dos, ni hablar... Primero que el Cruise Center sólo abre cuando vienen cruceros. Segundo, que se llenan de gringos (unos 3000 por barco) que no comen porque tienen la comida incluída en el viaje, pero se chupan cualquier cosa que tenga alcohol y una sombrillita de colores en el vaso. Nos queda por probar "The little hut" que recién abrió ahora y si bien parece tener un menú limitado, tiene un lindo jardín y WiFi,así que veremos si nos animamos. Yo insisto que deberíamos probar un par de los lugares más locales y voy a ver si convenzo a Felix. Por ahí nos sorprenden con algo bueno, pero ya veremos.
Igualmente ahora es temporada baja. Es claro que en octubre/noviembre ya estarán abiertos más lugares esperando el turismo de buceadores y los que siempre regresan para pasar acá Navidad y Año Nuevo.
Si no fuera que acá es muy difícil conseguir permisos de trabajo y licencias para poner un negocio, hay tanto que se puede hacer... tanto que falta... que siempre pensamos que nos encantaría poner un negocio para ofrecer lo que no hay. Por ejemplo, además de no haber cafés, ningún lugar ofrece desayunos. No hay un lugar donde comerse una tortita con un té o un capuccino con una medialunita. Ni siquiera hay un lugar donde te hagan sandwiches o panchos, como para salir de paso. Hasta ahora encontré una única heladería donde además hacen licuados que se llama Cool Beans y tiene la particularidad que preparan algunos bocaditos y cositas para zafar y uno puede encargarlas por teléfono y después ir a buscarlas. Todo un servicio fuera de lo común acá. Y ni hablar que como todo cierra temprano, no hay ni un solo kiosko 24 horas. Creo que ni 12 horas... Así que siempre conviene tener algo en la heladera porque si el finde te agarra con la heladera vacía, fuiste.
Recuerdo que cuando en mayo viajé de Grand Turk para Miami para estar un par de días antes de ir a Turquía a encontrarme con Mónica, cuando llegué a South Beach después de estar 3 meses en la isla, me sentía como un chiquito en una juguetería... Toda esa abundancia de todo tipo de comida! Toda clase de restaurantes, cafés, bares abiertos a cualquier hora! Un Starbucks cada 5 cuadras, el Deli Jerry's abierto 24 horas! Hubiera querido tener más hambre para poder disfrutar todo eso :))))
Pero bueno, el hecho de estar acá y tener estas posibilidades hace que cuando, muy de vez en cuando, encontramos en el super alguna cosa fuera de lo común o cuando vamos a la panadería y aparece alguna tortita de manzana con canela, los ojos me brillen más que si me hubiese cruzado a George Clooney por la calle y sienta esa alegría que sólo recuerdo que tenía en las mañanas del Día de Reyes.
Que la pasen lindo hoy y tómense un decafeinado en jarrito con un Havana de dulce de leche por mí que yo me doy un chapuzón en el mar turquesa por ustedes :)
Igualmente ahora es temporada baja. Es claro que en octubre/noviembre ya estarán abiertos más lugares esperando el turismo de buceadores y los que siempre regresan para pasar acá Navidad y Año Nuevo.
Si no fuera que acá es muy difícil conseguir permisos de trabajo y licencias para poner un negocio, hay tanto que se puede hacer... tanto que falta... que siempre pensamos que nos encantaría poner un negocio para ofrecer lo que no hay. Por ejemplo, además de no haber cafés, ningún lugar ofrece desayunos. No hay un lugar donde comerse una tortita con un té o un capuccino con una medialunita. Ni siquiera hay un lugar donde te hagan sandwiches o panchos, como para salir de paso. Hasta ahora encontré una única heladería donde además hacen licuados que se llama Cool Beans y tiene la particularidad que preparan algunos bocaditos y cositas para zafar y uno puede encargarlas por teléfono y después ir a buscarlas. Todo un servicio fuera de lo común acá. Y ni hablar que como todo cierra temprano, no hay ni un solo kiosko 24 horas. Creo que ni 12 horas... Así que siempre conviene tener algo en la heladera porque si el finde te agarra con la heladera vacía, fuiste.
Recuerdo que cuando en mayo viajé de Grand Turk para Miami para estar un par de días antes de ir a Turquía a encontrarme con Mónica, cuando llegué a South Beach después de estar 3 meses en la isla, me sentía como un chiquito en una juguetería... Toda esa abundancia de todo tipo de comida! Toda clase de restaurantes, cafés, bares abiertos a cualquier hora! Un Starbucks cada 5 cuadras, el Deli Jerry's abierto 24 horas! Hubiera querido tener más hambre para poder disfrutar todo eso :))))
Pero bueno, el hecho de estar acá y tener estas posibilidades hace que cuando, muy de vez en cuando, encontramos en el super alguna cosa fuera de lo común o cuando vamos a la panadería y aparece alguna tortita de manzana con canela, los ojos me brillen más que si me hubiese cruzado a George Clooney por la calle y sienta esa alegría que sólo recuerdo que tenía en las mañanas del Día de Reyes.
Que la pasen lindo hoy y tómense un decafeinado en jarrito con un Havana de dulce de leche por mí que yo me doy un chapuzón en el mar turquesa por ustedes :)
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